redactorjosé lópez



domingo, 14 de noviembre de 2010

y..¿qué querés que te diga viejo..

Yo entiendo tu pregunta, le dije a una amistad de la calle, vos te tragás un montón de rollos como habrá otros, o en una de esas nadie, vos viste que a muchos estos intríngulis les resbalan y bueno, ahí vamos. La mejor respuesta en todo caso te la podría dar quien maneja el club, el que lo mantiene con vida, no sé en qué rincón ponerlo al hombre, ¿no será que nadie quiere calzarse la sotana y agarrar este monstruo de cemento y ponerlo como en las mejores épocas, llenarlo de competencias por algo?. Si, yo también me acuerdo de los Llanos, Mar y Sierras y las carreras regionales y nacionales que había, la gente alrededor, que era un mundo de gente y hoy solo son la familia de los que giran en el famoso óvalo que nos quedó apenas como una tibia referencia histórica. ¿No habría que ayudarlo al hombre, alguien sabe en qué momento se quedó solo?
Hasta no hace mucho podía verse andando por la ciudad aquellas bicis de media carrera, como se las llamaba, esas con pinta de ruteras con el manillar doblado, de cuadro finito como las que usaba el "Gringo" Tschieder, o parecidas a las que utiliza Valeria Müller, Ariel y Hugo Fontanini o los pibes Berlincourt. Ahora todas son Mountain Bike y corredores sobran cuando hay carreras, y un conocedor me dijo que en estas competencias hay menos exigencias y que la altura del ciclismo convencional conlleva otros compromisos que no son para cualquiera, y puede ser que así sea. Lo mejor sería sentarse a conversar y buscar una solución para el querido Velódromo y para los chicos que podrían tener apetencias deportivas, regresar a su sitio a esa catedral de la velocidad que una vez soñaron un ramillete de unidos dirigentes.

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