redactorjosé lópez



lunes, 4 de octubre de 2010

éramos unos pataduras...

(Chichino Goudard, Fonoco Weiner y Cabeza Vernazza, en el campito de iriondo y French)
¡Cómo no iba a alzarme contra esta victoria!, si los avivados del barrio sur no cumplieron la palabra. Lo teníamos todo bien organizado, las copas, las medallas, y una canchita cerrada en la sede de Juventud contra el terreno de la curtiembre.
Qué garrón tener que entregarles todo así “de una”, y nosotros qué, ni siquiera una figurita para nosotros. ¿Te parece que hice mal en desaparecer con las copita y medallas de premios?, encima me fueron a buscar a la farmacia y uno de los “monos” casi me “descogota” cuando me asomé a la puerta.Y tanto que hablamos esos días de prácticas con todo y los refuerzos de Enardo, “Chichino”, “Clavito”, “Kolino” y el “Cabezón, que al final eran unos “chambones” como nosotros. Nos mataron a goles y quedamos fuera de nuestro propio torneo, y lo lamentable que fue en el primer partido. No sé para qué lo pusimos al negro Scelza, parecía Chaplín pero con los pies atados, ¿y “Clavito”?, dejá de joder, con esa pisadita calesitera hasta que regalaba el bolo o lo bajaban como papel mojado.
-Le tiene miedo a la chuza, es un saltarín y en la quinta del “Juve” hacía lo mismo, no se aguanta una estrolada.
-Pero vos no podés hablar “Buchón”, en el arco parecías pintado, ¡te diste vuelta cuándo pateó el “Corcho” Favre y cerraste los ojos!
-¡Y qué querías gil de cuarta, que me baje los dientes como patea a quemar este animal!, la próxima no juego, me pongo de aguatero y se acabó el lío, los seis no fueron culpa mía, el “Cabezón” la chingó en la puerta del área y se cayó de culo, ¡mirá el central que tenemos!…
No sean “mariposones” ché, si vamos a criticar tenemos para rato, mirá si uno de primera se va a poner a tomar agua dejando sola su marca, ¿dónde la viste?, “Kolino” se puso de manito en la cintura cerca de la sombra porque estaba fusilado, ahí vino el 4to, por su franja mientras el se refrescaba, contamelá..
Si hubiéramos empatado enseguida – opinó “Ñeco” Castillo junto a “Figue”.
¡Qué vamos a empatar!, no tendríamos que haberlo invitado a los de Rivadavia, si sabemos lo que eran, ahora vamo’ a cantarle a Gardel!
Todos hablan, pero a mí me dieron la “biaba”, se hubiera “fondeado” otro con los premios. Vos sabés, tuve que contarle a Don Enrique, el farmacéutico, por qué me habían golpeado los vagos y de “yapa” no me dejó ir a mi casa antes del horario.
Bueno loco, ya pasó, qué vamos a arreglar ahora con discutir, matar no te mataron, metimos la pata y listo.
Ché, hay unos gringos del campo que quieren jugar, y de paso hay carneada, nos podemos anotar y en una de esas ligamos parrillada libre.
Qué querés, que ahora nos echen los perros, si no ganamos para sustos.
Podríamos ir loco, no queda lejos y en bici es un suspiro, son diez kilómetros y es por la mañana -
No embromes, nos van a agarrar para la joda por el asunto de los trofeos, ya se corrió la bola y la saben todos.
Al final de tanta deliberación los cadetes de farmacias más sus refuerzos fueron al desafío con el cuadro del campo. Llegaron haciendo “cáscaras”, en eso no había quién les gane. Lucían su botiquín con todos los chiches de primeros auxilios, sino para qué eran dependientes de botica. “Merteolate” para los raspones, vendas, gasas, “curitas”, cinta adhesiva y un infaltable frasco de aceite verde mentolado, ¡como los de primera! - Se embadurnaban las “canillas” y entraban a la cancha, despareja como campo arado, oliendo fuerte y envalentonados por este detalle. La mayoría no pasaba los trece años, catorce a lo sumo, y a falta de botines que eran un lujo asiático para hijos de trabajadores, jugaban con zapatillas “pampero”. (continuará)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este fue siempre bastante que hay un montón de ahí a la espera de la derecha.

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