redactorjosé lópez



martes, 8 de febrero de 2011

de rojo el alma

(una formación de Mitre Primera División)

No hay mejores sensaciones para alguien que escribe, que contar sobre los demás, en estos casos del anecdotario deportivo. Y lo hacemos porque los años nos llevaron por ese camino paralelo y apasionado del fútbol, pero hay cosas que no se aprenden en ninguna academia sino que son como un abrojo que llevamos “prendido” los de otra época y afortunadamente podemos expresarlo por algún misterio de Dios. Los chicos se van poniendo grandes y ahora es mejor que nunca para dedicarle espacio porque se lo merecen. Y acá no importan los “blasones” sino la autenticidad del metejón con la redonda, sin tijeras por medio y ni siquiera con un formulismo de “molde” al que algunos son afectos y se les nota de lejos.

Una de las mejores facetas que tenemos en Clásico, a nuestro criterio, es la de contar las historias de los deportistas, por que son las cosas que perduran, si ellos acceden a confiar en nosotros. Oscarcito Noroña, Doctor en Bioquímica, arquero de alma y uno de los mejores en el puesto, a pedido de este “rincón pueblero”, ha dejado en nuestra redacción virtual, su diario deportivo. El “Zurdo” ya está alejado de la práctica activa del fútbol semi-profesional, que con sumo orgullo contaremos desde que se inició, de esta manera .

(PRIMERA PARTE)

El pibe tenía tres años cuando vivía en la localidad de Humboldt, y fue por su mami que Oscar se enteró, que a esa edad lo esperaba a su padre al regreso del laburo y le decía, “¿papi, me pateás?). Oscar padre tal vez esperando que su pibito se encariñe con el fútbol, lo llevaba al patio de la casa y contra el portón, lo más similar a un arco, le pateaba al “pichón” que se perfilaba como arquero.

“Me acuerdo como si fuese hoy y no es mentira – cuenta el “Zurdo” - que mi viejo me decía, "Pepo, embolsá, para agarrar la pelota hay que hacer una bolsa con las manos", y así empecé atajar, y juro se me escapan unas lágrimas cuando recuerdo esto”.
No esperaba menos de Oscar, un muchacho que no se por qué al verlo nada más, uno intuye un gran tipo capaz de confesar sus emociones más íntimas, como al momento de escribir estas memorias de la niñez.

Sus amigos de Humbold, con los que empezó a jugar en forma social fueron “Facu” Schulte, Cristian Rhorman, el turco Sarur y Pablito Yenerich, entre otros, por que seguro han sido muchos más. Y Oscar padre ya comenzó a descubrirle dotes o pasta de arquero, como dice la popular, o tal vez como dice nuestro personaje, “le rompía bastante las pelotas para que una noche en el predio de Sadesa, (lejos en el tiempo), lo trajera a probarse en AFIE, ¿te acordás?, un grupo de purretes que dirigía el recordado (a veces pienso que no tanto), Roberto Theler, el padre de Fernando (Dumbo).

“Yo no sé si no había otro o anduve tan bien ese día –sigue Oscar - que pasé la prueba y quedé, allí conocí a varios de los que hoy son mis amigos, Ariel Fontanini, Cristian Favre, Augusto Basotti, el “tanito” Simonetto de Unión, junto con José Guelfi y Pedro Ortiz, también estaba “Gabi” Coronel, teníamos un cuadrazo, era una selección que iba a jugar torneos por todos lados, y me acuerdo de uno en Rafaela donde terminamos 3º”. (Continuará)

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