
Hoy me enteré que los jugadores de Colón, según trascendió, pidieron que se sacara una imagen de casi dos metros de altura, de
Hoy me enteré que los jugadores de Colón, según trascendió, pidieron que se sacara una imagen de casi dos metros de altura, de
Da vergüenza en general todo lo que gira en torno a Ríver, los que abren la “trucha” para reinvindicar la historia del club, los que defenestran a tal o cual, los que se defienden y los que atacan, los que besaron la camiseta más de una vez y seguro ahora no querrán asomarse a la “B” como si sus botines pudieran mancharse o sufrir desprestigio en este nivel que según se ve, no es inferior en grandes términos al que se supone superior. Lo más coherente fue dicho por un viejo periodista que no viene al caso nombrar, “a Ríver lo condenó el fútbol”, fue algo así y tiene enorme fundamento, ya que si hubieran jugado mejor durante la temporada de su devacle, no estarían donde les toca de hoy en mas defender sus colores. Cabría preguntarse donde se perdió la razón principal de una justa deportiva, y quienes nos hicieron creer por generaciones, que la afinidad por un club, se cambia por la vida que da una madre tras nueve meses de gestación. (José López)
Pasa de todo un poco y hay cosas “imbancables”, que te pudren hasta el punto de la “fuga cerebral”. Mirando la “tele” fue insoportable escucharlo al “Pelado” Almeyda, un tipo que daba otra imagen y no este pésimo “borrón” que para colmo fue casi transmitido en cadena nacional y el tema no da tela para tanto. Alguno dijo por ahí que es una pantalla para tapar el desastre de Ríver que anda a los tropezones cerca de la promoción casi oliendo a descenso, ya superado el culebrón de Román y el glorioso gol de Palermo a la banda de Núñez prácticamente en su retiro. Atrás quedó la adicción del “Burrito” y los ravioles del “Ogro” que con su panza a cuestas vacunó, dos o tres fechas atrás, al propio equipo que lo despreció por gordo. Nosotros los del llano que juntamos a héroes y perdedores vamos por las caretas que más nos gustan o fascinan, la de los sonrientes ganadores embanderados, “cuasi” entronizados como santuchos dioses. Pero lo pésimo es que seguimos rindiéndonos a la costumbre de “esquivar” a quienes pese a no conseguir títulos o laureles (elegí la corona que te gusta), siguen dando el verdadero ejemplo. El deporte es bueno aunque te toque llegar en los puestos de retaguardia, aunque te comas los goles del mundo, que llegues en el pelotón rezagado y que se yo cuántas pálidas más pintadas de fracaso. No creo estar explicando bien el “entripado” que tengo pero, entiendo que con tantos mensajes color “oro” o “plata” sitiamos malamente a quienes no están ni para el “bronce”, que son los más, los que nutren las legiones de un sano estilo de vida, o que al menos tratan de andar por esos andariveles con sus marcas de segundo o tercer nivel. Sigo errando los conceptos pero no importa, algunos darán en la tecla, ayer hablé con un hincha de fútbol, pues por ahí se puede tantear la atmósfera de una idea. Su equipo no está de lo mejor, y me dijo que ya no va a la cancha por que el técnico o los jugadores no le gustan. Está en su pleno derecho pero, este pretexto no conduce a nada mejor, la importancia de los laureles son relativos y son del tamaño del cerebro que piensa insistentemente en sentirse superior aunque sea en un “juego”, tal cual son catalogados los entretenimientos competitivos. Ni hablar de todo lo que está en la palestra o se viene con el tema Tevez “Carlitos”, Maradona, Batista, Grondona, el arrugue de Unión y la mar en coche. Para terminar y redondear esta sonsera criolla, como dicen algunos maestros de la vida que no es mi caso, digo: “los triunfos son una consecuencia, y no un fin en si mismos”. Dedicado a los niños que ven y escuchan aunque muchos no lo crean, en el afán de que no se miren en falsos espejos. Por José López
Lucas D'andrea escribió este sentimiento tan del alma y con un corazón a cielo abierto que no tiene parangón. Lo encontré en Facebook y no pude hacer otra cosa que tomarlo con el derecho que da una emoción plena. Yo que ando en estas mismas rutas de la vida recogiendo salpicones de amor verdadero, honro a este tipo que sin conocerlo desde hoy digo, que es mi amigo. El Buchón)
Viste como son esas cosas de la memoria viejo amigo. El tiempo borra detalles, quedan recuerdos que no se olvidan. Por eso esta bueno escribir lo que uno vive a pocas horas de vivirlas.
Cuando llegue a casa cerca de las 4 de la mañana escribí un mensaje. Escribí “increíble” pero lo borre... escribí “impresionante” pero también lo borre. Es que lo de anoche no tiene explicación. No hay palabra que alcance para dar dimensión de lo vivido.
Termina el partido, y el cubierto es una fiesta, me abrazo con mis amigos de la vida, y también con desconocidos. Salimos a la calle y en menos de 10 minutos es un mar de gente. Compro una bandera, necesaria para flamearla por la ruta. Me voy de la sede con la imagen del club tomado por miles de descontrolados que bailan y saltan en las calles con sus estandartes.
Decenas de autos se dirigen hacia el club, algo lógico por ser el centro de los festejos. Pero algo igual pasa en el otro carril. A puro bocinazos auto tras auto pintados rojo y blanco se van de la ciudad.
De auto a auto se gritan - “para donde van? Para la fuente?” -“no! Vamos al túnel!” -“vaaaamoooss!”
La ruta se empieza a cargar con gente que espera en las banquinas para esperar que pase un colectivo... y que se preparen para esperar bastante, por que para eso falta una mucho.
Se ven las luces del peaje, del otro lado se ve una ciudad triste. La cola de autos alcanza varias cuadras. De a poco son kilómetros. Gendarmería no sabe que hacer. El pueblo tatengue corto la ruta con el piquete de la alegría. No queda otra, paso intermitente por el otro carril. Cada 2 cuadras hay grupos de tatengues con banderas, aparece un micro... falsa alarma solo es un chofer sorprendido.
La gente empieza a caminar para el peaje, dejando los autos lejos, muy lejos. Ya dejo de ser un piquete y es una procesión. Llegan camionetas desbordadas de gente.
Son las 00:05 el micro finalmente cruza el peaje. La gente enloquece, salta, canta, llora...
Saluda a sus jugadores, a su técnico... y luego corre a sus autos, motos y camionetas-
Se avanza unos
“vamos para el club que hay 10 mil personas!” se escucha desde un auto.
Cual congestión de gran ciudad se avanza a paso de hombre.
Mi bandera ya no esta en el auto. Pablo Pérez la flamea en el micro.
Unos humildes pescadores miran desde sus humildes ranchos. Unos miran como enojados, tristes, con envidia. Otros alientan el paso de la multitud. Un matrimonio de viejitos muy humildes levantan los brazos alentando a los descontrolados que salen por las ventanillas.
Se llega a una salida a colastine sur. Se corta la ruta, la gente estaba esperando allí hacia rato. Poco se puede ver, es que el colectivo ya esta kilómetros mas adelante. Solo se ven banderas y locura. A paso de hombre se sigue avanzando, y otra vez se para en el empalme de la ruta 1 con gente auto convocada, al igual que en el barrio el pozo.
Ya es el descontrol en su esplendor. La gente colgada sobre los alambrados que separan los 2 carriles. Un auto pasa por arriba con una bandera roja y blanca gigante. -“que zarpado” –“si loco es LA imagen de la caravana”. Es que uno mira para cualquier lado y ve rojo y blanco.
A la altura de la facultad del pozo directamente la gente desciende de los autos, sabiendo que iba para largo. Quienes estaban en la fuente, en el puente, y en canal 13, desataron su locura. “el micro estuvo parado 1 hora en Vélez Sarfield” dicen las radios al otro día.
El caos vehicular es total. Camiones scania que quedaron en medio no tienen salida. Están en la marea tatengue. Los choferes brasileros no entienden nada, miran sorprendidos, y tocan sus bocinas que hacen temblar los vidrios. Ellos no entienden que su intento por apurar el transito, incitan y enloquecen mas a los fanáticos que desbordan de alegría e involuntariamente la fiesta roja y blanca se torna internacional.
Son las 3 de la mañana. De un día laborable. En cada esquina, en cada bar, hay mas movimiento que en las mejores horas. Agarramos Alem para salir del caos y llegar al club para esperarlos ahí.
A la altura de
Una bandera se iza en
Se cumplen 4 horas... 4 horas para hacer 30km.
Los miles de fanáticos emprenden su regreso. Sabiendo que en un par de horas tienen que laburar, estudiar...El día laborable no importo.
“mira si no ascienden, que van a hacer con estos festejos?” dicen algunos que en vez de piel tienen escamas. Quiero explicarles, pero para que? Si jamás van a sentir lo que nosotros sentimos. Nunca entenderán que anoche se festejo la alegría de ser tatengue, de ser de union, de ser grande, de ser ciudad, de ser provincia. Nunca entenderán que la frase “en las buenas y en las malas” en UNION se cumple de VERDAD! Pq siempre estuvimos. Jamás nos fuimos. Y si llenamos la ciudad de fiesta cuando nos íbamos a la b metro. Si metimos banderazos cuando el club se caía a pedazos. Si le dimos alegría a la ciudad en los peores momentos, como no lo vamos a hacer ahora? Para que explicarles si al fin y al cabo, nunca entenderán que no necesitamos ganar, ascender, jugar una copa para estar de fiesta. Porque la fiesta esta en nuestra sangre, nosotros somos la alegría y el carnaval. Como reza la canción “las zapatillas gastadas de bailar tanto por la avenida”. Si al fin y al cabo nunca entenderán que no llevamos el luto en nuestros colores. Que no somos un cementerio. Que no somos un pescado que come barro.
Para que explicarles si al fin y al cabo nunca setirán lo que yo siento por Unión.
Para que explicarles si al fin y al cabo qué me va a hablar de amor, si nunca sintieron lo que yo siento por Unión.
La de anoche, fue una noche que santa fe recordara para siempre, se de o no el ascenso.
Eso es lo que nos diferencia.Si al fin y al cabo, gracias a Dios yo soy de Unión.
Gracias a mis conocidos, compañeros, amigos y hermanos de cancha por los abrazos, y a cada uno de los tatengues por hacer de la noche de anoche una noche que no tiene adjetivo que lo explique. ¡Desde la cuna hasta la muerte!
Mientras desde la capital los medios desde el “mostrador mayor” bajan línea con sus “dramones” y comedias de todo tipo y color, con que llenan sus horas de hastío y de paso nos “hierven” la croqueta, nuestra gente trata de mantener el entusiasmo y la labor con lo que tiene a mano en materia deportiva.
Sucede con el fútbol de la zona, con el básquet y con cualquier disciplina “empujada” a puro coraje y corazón, el voley, el hockey, los fierros y lo que se pudiere agregar. Este “bicho” veterano y malhumorado, un servidor, opina porque pico le sobra, y si bien me declaro hincha de Riquelme, tanto como el “Rafa” Molina, que conste, la verdad que Román con su postura de “niño intocable” me choca bastante últimamente. Pero esto no quiere decir que apruebe al técnico recién desembarcado en
Si, hay de todo pero el colmo es cuando no hay, y los iluminados buscan en Internet de las más variadas “boludeces”, como eso del búho y el salame que lo pateó para que enseguida se instale un concejo de guerra y todo el catálogo de opinólogos que andan dando vueltas por ahí. Ta’ bien, pobre el bicho y el morocho, pero la vidriera es bastante irrespetuosa, digo pensando en aquella adolescencia mía de cortas plumas, ese domingo en el Monumental de Núñez, aún con la “herradura” hacia el Río de
Es una pena que los pibes que miran este tipo de comentarios en pantallas muy concurridas, queden con la cabeza como “masilla”. Los verdugueos futboleros están revueltos y metidos en la misma bolsa como maleta de loco. No voy a decir que he sido seguidor de Ronaldo, pero si algo me molestó siempre, fue el tratamiento cuasi perverso que dieron a su persona, los parlanchines que tienen micrófono abierto y horas de malgastada pantalla. En una época lo maltrataban por sus dientes, y después, cuando sus goles decayeron, le dieron con munición gruesa por los kilos que supuestamente lo acosaban. En su despedida a los botines, el brasileño explicó el por qué de su retiro, “no aguantaba más los dolores”, dijo, y todo lo producía una enfermedad que le fue tratada desaprensivamente a riesgo de su vida. “Algunos de los que están acá tendrían que pedir perdón por lo que dijeron”, sentenció también el crack delante de los “preguntadores”, dejando una semilla ácida en los cerebros de sus ejecutores que nunca germinará, por que el negocio exige tales condiciones. Suelo preguntarme si esa forma de tratar los temas deportivos son enseñados a los que estudiaron la profesión periodística que ha sido y es honrada aún por quienes no venden “estofados podridos”, gente que en otros tiempos, y hablo de respetables periodistas, daba gusto escuchar y lamentablemente ya no están, ayer Ricardo Arias, por ejemplo, y en estos días Víctor Hugo Morales. Hoy hay que ganar pantalla, centímetros de diario, minutos radiales, hacer dinero a lo que salga y no importa de qué manera. Barrientos, el cinco de All Boys que tuvo la mala suerte de cruzarse en la corrida de Giovanni Moreno de Racing, donde podría ser que de casualidad el delantero tuviera su lesión, ahora arrastra una amenaza de muerte para sus hijos. ¿No dicen que el fútbol es un deporte de contacto, cuánta tinta y palabrerío hubo sobre los marcadores recios, que dejaban pasar la pelota y no al portador, y si este zafaba, salía con las medias deshilachadas? Al parecer pocos lo recordamos. Los desprevenidos “escuchantes” somos víctimas del pregón malicioso de los soberbios protagonistas de los medios, donde ellos son las estrellas y no los que transpiran en la cancha. Las primicias escandalosas o falseadas se buscan desesperadamente y no importa quienes caigan, pero siempre tienen que ser los que están enfrente. Ojala que estas bolas de mugre intelectual no sigan rodando, por los chicos que miran esos programas enganchados lamentablemente por algo más que lo deportivo. Y aunque esta intención sea una botella al mar, dicho está y que Dios se apiade. (El Buchón)
No hay mejores sensaciones para alguien que escribe, que contar sobre los demás, en estos casos del anecdotario deportivo. Y lo hacemos porque los años nos llevaron por ese camino paralelo y apasionado del fútbol, pero hay cosas que no se aprenden en ninguna academia sino que son como un abrojo que llevamos “prendido” los de otra época y afortunadamente podemos expresarlo por algún misterio de Dios. Los chicos se van poniendo grandes y ahora es mejor que nunca para dedicarle espacio porque se lo merecen. Y acá no importan los “blasones” sino la autenticidad del metejón con la redonda, sin tijeras por medio y ni siquiera con un formulismo de “molde” al que algunos son afectos y se les nota de lejos.
Una de las mejores facetas que tenemos en Clásico, a nuestro criterio, es la de contar las historias de los deportistas, por que son las cosas que perduran, si ellos acceden a confiar en nosotros. Oscarcito Noroña, Doctor en Bioquímica, arquero de alma y uno de los mejores en el puesto, a pedido de este “rincón pueblero”, ha dejado en nuestra redacción virtual, su diario deportivo. El “Zurdo” ya está alejado de la práctica activa del fútbol semi-profesional, que con sumo orgullo contaremos desde que se inició, de esta manera . (PRIMERA PARTE) El pibe tenía tres años cuando vivía en la localidad de Humboldt, y fue por su mami que Oscar se enteró, que a esa edad lo esperaba a su padre al regreso del laburo y le decía, “¿papi, me pateás?). Oscar padre tal vez esperando que su pibito se encariñe con el fútbol, lo llevaba al patio de la casa y contra el portón, lo más similar a un arco, le pateaba al “pichón” que se perfilaba como arquero. “Me acuerdo como si fuese hoy y no es mentira – cuenta el “Zurdo” - que mi viejo me decía, "Pepo, embolsá, para agarrar la pelota hay que hacer una bolsa con las manos", y así empecé atajar, y juro se me escapan unas lágrimas cuando recuerdo esto”. Sus amigos de Humbold, con los que empezó a jugar en forma social fueron “Facu” Schulte, Cristian Rhorman, el turco Sarur y Pablito Yenerich, entre otros, por que seguro han sido muchos más. Y Oscar padre ya comenzó a descubrirle dotes o pasta de arquero, como dice la popular, o tal vez como dice nuestro personaje, “le rompía bastante las pelotas para que una noche en el predio de Sadesa, (lejos en el tiempo), lo trajera a probarse en AFIE, ¿te acordás?, un grupo de purretes que dirigía el recordado (a veces pienso que no tanto), Roberto Theler, el padre de Fernando (Dumbo). “Yo no sé si no había otro o anduve tan bien ese día –sigue Oscar - que pasé la prueba y quedé, allí conocí a varios de los que hoy son mis amigos, Ariel Fontanini, Cristian Favre, Augusto Basotti, el “tanito” Simonetto de Unión, junto con José Guelfi y Pedro Ortiz, también estaba “Gabi” Coronel, teníamos un cuadrazo, era una selección que iba a jugar torneos por todos lados, y me acuerdo de uno en Rafaela donde terminamos 3º”. (Continuará) |
Gastón sabe del aprecio que tengo por su padre desde su época de jugador, principalmente en Defensores y Sportivo y amigo por sobre todas las cosas, por eso me permito esta introducción casi familiar. El mediocampista en 2010 de Sportivo del Norte cuenta su principio futbolero y nos deja el sinsabor de anticiparnos su abandono del juego, algo que nos toma de sorpresa y no hubiéra querido escribir, ya que el pibe tiene “hilo” para rato. El explica sus razones sin pelos en la lengua y aquí queda dicho con sus propias palabras.
“Empecé a jugar a los 6 años en San Lorenzo y lo hice allí hasta los 16. Llegué a jugar en primera y salimos campeones en 1995. Después me fui a Rosario Central donde había quedado para el equipo liguista, pero como me llamaron de Unión de Sta. Fe me vine sin siquiera haber jugado un partido con la camiseta rosarina. En el “Tate” estuve 3 años compitiendo en los torneos de AFA y practicando contra los equipos de Primera. Ahí fui dirigido por Frank Darío Kudelka, Arsenio Ribecca y Fernando Husef Alí, el coordinador de las inferiores era Rubén Rossi. A los 20 años quedé libre y me fui a probar a Atlético Rafaela, quedé e integré el plantel profesional con jugadores como Cristian “Bocón” Torres, Julio Gaona, Andrés Noguera, Marcelo Barovero, Mauro Cantoro, Lucas Boaglio, Ezequiel Medrán, Hugo Barrientos, Darío “Chipi” Gandín, Gustavo Semino, Carlos Bonet, Raúl “Speedy” González, etc. Gracias a este ultimo que fui vendido al Brescia de Italia, equipo con quien fuimos a realizar una pretemporada de 15 días a ese país, donde jugamos amistosos contra el Brescia, el Reggina, el Avellino y el Skoda Xhanti de Grecia. Fui dirigido por Victor “Lito” Bottaniz y Gustavo “Lechuga” Alfaro, el ayudante de campo era Carlos González. A fin de año quedé libre y volví a San Lorenzo. Estuve en el club de la avenida por 6 años más, jugando la copa Confederación con “Ñaca” Cornejo de técnico, cumpliendo un más que digno papel. Después en el torneo liguista perdimos contra Mitre la recordada semifinal en cancha de Juventud. Caigo en Defensores, donde estuve un año bajo la conducción técnica de Cristian Favre, me desgarro el gemelo izquierdo y decido colgar los botines al no tener propuestas. A mitad de 2009 me llaman para jugar en Sportivo para cubrir el lugar de Marcos Gaitán que se había quebrado jugando contra mitre. Estuve en Sportivo hasta fin de temporada, y si no tengo donde ir (mi pase es de San Lorenzo), y por diferencias con la comisión directiva donde mi nombre es mala palabra, dejo definitivamente el fútbol con 31 años”.
Personalmente creo que es una pérdida lamentable el alejamiento de un jugador con mucha experiencia del que nadie puede dudar que, cuando entra a una cancha deja todo de si sin guardarse nada. Ojala pueda continuar su carrera en el club que necesite un “fogonero” sin concesiones. Gracias Gastón.